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¿Usas la mente a tu favor?

Un tipo iba caminando por la calle, no tenía dinero para comprar algo en ese momento pero tenía mucha hambre y no podía fijarse en otra cosa que no fuera comida. Personas sentadas en una banca comiendo algo, olía comida en todos lados y leía los nombres de los restaurantes que veía. Se cruzó con una mujer embarazada, no se vieron. Ella solo tenía su atención en cosas relacionadas con bebés y niños, iba mirando a los niños que jugaban, vio una tienda de ropa de bebés y entró en ella. Quien la atendió acababa de terminar una relación amorosa y lo único que veía era lo felices que se veían otras parejas que pasaban por afuera de la tienda o entraban a ella. Este patrón que ves en estas tres personas nos sucede a todo el tiempo, a cada quien con lo que tenemos en mente. A esto hace referencia la frase “lo que crees lo creas”, uno de los fragmentos de la Ley de la Mente. Nuestra pensamientos tienen una influencia directa en nuestro actuar y esto crea la realidad en la que vivimos.


¿Estás usando tu mente a tu favor? Comienza a ser más consciente de tus pensamientos. Obsérvalos. Identifica qué pensamientos influyen en qué comportamientos. Busca cambiar los pensamientos que no te son útiles de forma intencional. Nútrete de nuevas cosas que te aporten, por ejemplo, buenos libros o escuchando un podcast en vez de mirando vídeos de cualquier cosa.


Otra parte de esta Ley de la Mente dice “lo que sientes lo atraes”. La ciencia cuántica ha demostrado que todo es energía. Desde lo más físico y tangible hasta lo más etéreo e intangible. Absolutamente todo vibra y estas vibraciones viajan e interactúan con otras. En el caso de la vibración de las emociones, esta viajan y se encuentran con energías de frecuencia parecida. Esto está muy relacionado con la Ley de Resonancia, una de las leyes universales, que nos dice que lo similar atrae a lo similar. Yendo a lo concreto, si deseas obtener logros positivos en tu vida es fundamental que tú estés en un estado emocional positivo. Para ello cuida tu cuerpo y mente cada día, no desde un estado forzado u obligado, sino conectando con ese amor propio y merecimiento por el simple hecho de ser tú.


Y por último, “en lo que te imaginas te conviertes”. Esto es uno de los aspectos más importantes con los que yo y mis clientes trabajamos para lograr nuestras metas y hace referencia a la nueva identidad que queremos crear para nosotros. Junto con definir los objetivos, definimos todos los aspectos de la nueva identidad, es decir, en quien nos queremos convertir. Esto incluye cómo nos vestimos, cómo hablamos, cómo lidiamos con conflictos, cómo es nuestra rutina diaria, cómo nos relacionamos, entre otras muchas cosas. Una vez tenemos claridad de esa nueva identidad, comenzamos a actuar de esa manera de inmediato y, manteniendo esa consistencia, el logro de los objetivos es inevitable y sin darnos cuenta nos convertimos en quien queríamos convertirnos.

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