Nos solemos quejar de todo. De lo que me dijeron en el trabajo. De lo que hace gente que no conocemos. Incluso nos quejamos del clima.
Al quejarnos lo que estamos haciendo de manera inconsciente es no responsabilizarnos de lo que estamos sintiendo respecto a lo que sucede ya ponemos todo nuestro foco en lo externo.
Y la verdad es que podemos quejarnos todo lo que queramos y aun así las situaciones externas no cambiarán. Nuestras quejas no harán absolutamente nada para “arreglar la situación” y cambiarla a como nos gustaría que fuera. Lo que sí hace la queja es agrandar el conflicto en nosotros ya que alimenta nuestro estado interno negativo.
Veamos fisiológicamente que sucede en estas situaciones:
Tu cerebro detecta la situación como algo peligroso. Inmediatamente se enciente tu Sistema de Alarma (Sistema Nervioso Simpático o Zona Roja).
El Círculo de Estrés se conecta, que es cuando el cerebro le envía una señal al corazón avisándole acerca del conflicto. El corazón eleva su ritmo cardiaco, indicándole así al cerebro que “está al tanto de lo que está pasando”.
El Ego toma control de la mente consciente. Los pensamientos son rápidos, explosivos.
El conflicto se siente en el cuerpo. El cuerpo entero entra en un estado de restricción. Sentimos alguna emoción relacionada al estrés, como por ejemplo frustración.
Nuestro comportamiento está listo para ser reactivo.
Todo lo anterior sucede en menos de medio segundo y es algo que no vamos a poder detener. Si alguna situación no se alinea con nuestras expectativas, entraremos en este estado de restricción inmediatamente. Sin embargo, si hacemos una pausa y observamos a nuestro Ego y nos decimos a nosotros mismos de que hay otra manera de comportarse ante lo que está sucediendo, podemos desconectar ese Círculo de Estrés, lo que se daría de la siguiente manera:
Pausas y observas. Inmediatamente se eleva tu energía y sales de esa Zona Roja, activándose tu Sistema de Recuperación (Sistema Nervioso Parasimpático o Zona Verde).
El Círculo de Estrés se desconecta y ahora se conectan tu cerebro, tu corazón y tus intestinos a través del Nervio Vago. Esta conexión permite el bienestar y el enfoque.
Ya no es tu Ego quien tiene el control de la mente consciente. Ahora eres tú. Puedes observar las historias que te cuenta ese crítico interno.
Todo tu cuerpo está en modo de recuperación. Piensas claramente, estás enfocado.
Ahora estás listo para responder y no reaccionar.
Si te das cuenta, cuando algo no sucede como esperamos lo único que podemos controlar es nuestro estado interno ante la situación. Nos quejamos porque internamente estamos en conflicto, pero ese conflicto finalmente es nuestra responsabilidad ya que se activa según nuestras propias creencias y percepción. En nuestra vida seguirán ocurriendo situaciones que no nos gustan y el ser capaces de responder ante ellas es responsabilidad de cada uno de nosotros.
También solemos ser muy buenos para quejarnos de cosas del pasado y eso es peor aún ya que lo que estamos haciendo es acarrear un conflicto con nosotros creyendo que eso nos traerá algún tipo de beneficio y la realidad es que lo único que estamos haciendo es cargar con peso innecesario y hacernos daño.
Al acarrear algo del pasado al momento presente estamos dejando que el pasado tenga un efecto directo en nuestra vida actual y si ese pasado es algo que no nos gustó o nos hizo daño, dejaremos que nuestro presente siga teniendo ese aspecto negativo.
Haz un análisis de cada área de tu vida y descubre donde estás trayendo tu pasado al presente.
Si no te gusta tu trabajo, ¿qué decisiones has tomado tú que te han llevado a estar trabajando donde estás? ¿cuál ha sido tu rol en todo esto? ¿qué creencias tienes respecto a tu carrera que te están limitando? ¿qué crees acerca de tus capacidades?
Si no estás a gusto con tu situación financiera, ¿qué crees acerca del dinero? ¿crees que tener dinero es malo? ¿te incomoda hablar sobre dinero? ¿qué situaciones de vida que marcaron tu situación financiera sigues acarreando?
Si tienes alguna relación tóxica o que no te hace bien, ¿cuál ha sido tu rol en dicha relación? ¿qué has permitido? ¿dónde no has puesto límites? Y lo más importante, ¿cómo es tu relación contigo mismo?
Si tienes algún problema de salud, ¿qué creencias acarreas acerca de la enfermedad? ¿qué crees acerca de la capacidad de tu cuerpo para sanarse? ¿qué decisiones tomas cada día que afectan tu salud?
Si te sientes perdido por la vida y no sabes para qué estás aquí, ¿qué crees acerca de la vida y la muerte? ¿estás dispuesto a cambiar tus creencias? ¿a ver la vida de una manera diferente? ¿qué haces cada día para conocerte mejor?
El poder de hacerte responsable y dejar de quejarte está en tus manos. Nadie lo hará por ti.
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