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La potencial razón de tu falta de motivación: Lo que la neurociencia tiene para decir

Probablemente más de una vez te has preguntado…

¿Por qué me auto saboteo una y otra vez?

¿Será que hay algo mal en mí?

¿Por qué me falta motivación para hacer cambios positivos en mi vida?

¿Por qué sigo cayendo una y otra vez en los mismos hábitos que no me hacen bien?

¿Será que algún día podré salir de esto?

¿Cómo podré lograrlo?

El 95% de lo que haces en tu vida es automático. Todas estas acciones son dirigidas por tu mente subconsciente a través de los hábitos que tienes.

Para cambiar algo en tu vida es fundamental que realices cambios en tu rutina. Para ello debes:


  1. Identificar el hábito que deseas cambiar.

  2. Identificar el hábito que deseas crear. Reemplaza el hábito antiguo por un nuevo comportamiento que sí te sea útil. Al ser consistente con el nuevo comportamiento, podrás transformarlo en un hábito en un período de entre 6 meses a 1 año, siempre y cuando mantengas esa constancia. Esto quiere decir que el nuevo comportamiento será automático y no requerirá esfuerzo.


Quizás estarás pensando: “¡¿6 meses a 1 año?! Eso es demasiado, pensé que eran 21 días”.

Pues no, en 21 días no has expandido la corteza pre-frontal de tu cerebro lo suficiente ni has establecido nuevas nuevas conexiones neuronales que hagan que el comportamiento sea un hábito. Toma unos 30 días para que esto recién comience a suceder. Es por lo anterior, que el primer mes desde que comenzamos a trabajar en cambiar un hábito suele ser el más difícil y el periodo en el que nos enfrentamos a las mayores resistencias mentales.


Dado lo anterior, para crear eso nuevo en nuestra vida debe existir un deseo muy profundo que sirva como razón para mantenernos firmes ante las resistencias que aparezcan. Ese deseo será nuestro motor para mantenernos firmes tomando acción día tras día bajo una energía de voluntad. Esta energía de voluntad es la base para crear cualquier cambio y es importante aclarar que la voluntad no es lo mismo que la motivación.


La voluntad es la actitud de decidir y ordenar la propia conducta. La motivación es la acción de animar a una persona a actuar o realizar algo. Con esto podemos deducir que la voluntad siempre debe estar presente, no así la motivación. Sin embargo, si la motivación está presente será de gran ayuda. Por lo tanto, veamos cómo podemos mejorar nuestra motivación y así tener ese pequeño empujón para lograr esa constancia que buscamos.


La neurociencia nos ha mostrado que la motivación está determinada por los niveles de la hormona dopamina en el cuerpo. Cada uno de nosotros cuenta con una “línea base” de dopamina, es decir, un cierto nivel de dopamina que estamos secretando. Mientras más altos sean estos niveles, mayor placer y motivación sentiremos.


Cada vez que nos involucramos en alguna actividad que nos brinde placer inmediato, secretamos dopamina, sin embargo, una vez la actividad finaliza nuestra “línea base” queda en un nivel más bajo en comparación al que estaba antes de que nos involucráramos en dicha actividad. Es decir, nuestra sensación de placer y motivación disminuyen.


Por otro lado, cada vez que nos involucramos en actividades que requieren esfuerzo, nuestros niveles de dopamina descienden mientras estamos realizando la actividad pero, una vez que finalizamos dicha actividad, nuestra “línea base” queda en un nivel superior en comparación a la “línea base” que teníamos antes de involucrarnos en la actividad que requirió esfuerzo. Es decir, nuestra sensación de placer y motivación son ahora mayores.


En palabras simples, cualquier actividad que nos brinde placer inmediato (fumar un cigarrillo, tomarse una cerveza, pedir comida por delivery, ir a tomarse un helado, ver una serie en Netflix, etc) tienen un efecto adverso en nuestra motivación a largo plazo. Por el lado contrario, toda actividad que requiera esfuerzo (entrenar, trabajar en un proyecto, hacer la cama, ordenar y limpiar la casa, darse una ducha fría, etc) nos brindarán una mayor sensación de motivación a largo plazo. El efecto de cada actividad es muy sutil, pero cuando sumamos el efecto de las actividades en conjunto, es cuando realmente estos son notorios.


La siguiente imagen acerca de cómo funciona la “línea base” de la dopamina que saqué de un video de Youtube creado por After Skool y que se inspira en una explicación del neurocientífico y profesor de la Standford University Andrew Huberman, muestra gráficamente lo que acabo de detallar.




Si observas bien la imagen, podrás notar que para mejorar tu motivación en el largo plazo debes realizar más actividades que involucren esfuerzo (o dolor como se describe en la imagen) y disminuir las actividades que te entregan placer inmediato. Esto no quiere decir que no disfrutes de la vida y no tengas esas actividades que te brindan placer, simplemente intenta ser moderado y buscar más actividades que requieran esfuerzo y te saquen de tu zona de confort.


Observa tu semana y haz dos listas: una que detalle las actividades que realizas que te dan placer inmediato y otra que muestra las actividades que requieren esfuerzo. Busca disminuir actividades en la primera lista y aumentar actividades en la segunda. Esto tendrá un directo impacto en el aumento de tu “línea base” de dopamina lo que hará que sientes más placer y motivación sin depender de una actividad en particular. Este placer y motivación adicional te ayudarán ser consistente con los nuevos hábitos que deseas lograr y así cambiar tu vida positivamente.


Compárteme tu opinión y experiencia en los comentarios. Me encantaría leerte.



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