La inflamación no es mala. De hecho, es una respuesta de nuestro sistema inmune para atacar algún agente patógeno y reparar tejidos dañados. Por ejemplo, si te golpeas la rodilla, en cuestión de segundos se inflamará lo que indica que ya está en proceso de sanación.
Nuestro cuerpo completo cuenta con sistemas de auto-regulación a través de la inflamación. Para liberarse de toxinas y radicales libres, nuestro organismo emite señales químicas inflamatorias que tienen el objetivo de desechar estos agentes dañinos.
Sin embargo, la inflamación se convierte en un problema cuando este mecanismo está constantemente activo, lo que produce una inflamación de bajo grado, crónica y difícil de percibir, por lo que se llama silenciosa. Este tipo de inflamación es altamente peligrosa y es la causa de todas las enfermedades modernas que tantas vidas quitan año tras año. Problemas cardiovasculares, los diversos tipos de cáncer, la diabetes, los trastornos autoinmunes, las enfermedades neurodegenerativas e incluso la depresión, tienen la inflamación silenciosa como factor común.
El estilo de vida moderno, en el que abunda el sedentarismo, los alimentos ultra procesados, los malos hábitos de sueño, el consumo de drogas y alcohol y el excesivo estrés, son determinantes en este tipo de inflamación y, por ende, en la generación de estas enfermedades.
¿Qué hace a esta inflamación crónica algo tan peligroso? La inflamación está diseñada para actuar por un periodo determinado de tiempo y una vez cumple su función, el cuerpo vuelve a un estado de homeostasis o balance. Sin embargo, como con la inflamación silenciosa no ocurre esto, terminan ocurriendo daños en el ADN, se desregula la homeostasis de múltiples hormonas, daña órganos y tejidos (incluso ataca a músculos y huesos), ataca el sistema cardiorrespiratorio, dificulta el propio funcionamiento del sistema inmune e inhibe la neurogénesis (elevando el riesgo de depresión y enfermedades neurodegenerativas).
Un examen de laboratorio que indica el nivel de inflamación celular es la Proteína C Reactiva, resultado que debiese ser menor a 1 mg/dL para indicar niveles bajos de inflamación celular. Es importante que este examen sea Ultra Sensible, de lo contrario, los resultados no serán precisos.
La buena noticia acerca de todo esto es que existen soluciones que están al alcance de tu mano. Existen 5 elementos esenciales que debes considerar para así mantener una buena salud, y por ende, disminuir los niveles de inflamación celular y así los riesgos de padecer alguna enfermedad mencionada en este artículo. Estos elementos tienen un orden de importancia que debiese ser considerado. En orden, estos son:
Sueño: El sueño es nuestro principal mecanismo de reparación. Al dormir nuestro cuerpo realmente puede entrar en la Zona Verde por periodos prolongados de tiempo (Sistema Nervioso Parasimpático) y este secreta melatonina la cual actúa como un potente antioxidante y limpiador de todo nuestro organismo.
Hidratación: Nuestro cuerpo está principalmente compuesto de agua y para que nuestros procesos fisiológicos puedan funcionar bien, nuestro cuerpo debe estar hidratado. La cantidad de agua a tomar depende de varios factores, pero en términos generales, recomiendo tomar unos 3 litros de agua pura al día.
Mente de Enfoque Verde: Respecto a esto me refiero a realizar actividades que nos permitan constantemente volver a un estado de presencia, es decir, conectar a la Zona Verde o a ese Sistema Nervioso Parasimpático. Comenzar el día con una rutina que permita estar en un estado de enfoque, hacer pausas conscientes durante el día, permitirnos sentir y soltar sentimientos negativos en vez de reprimirlos, escribir, meditar, cerrar el día con una rutina que permita conectar con un estado de gratitud, etc. Todas estas prácticas lo que hacen es llevarnos a un estado de consciencia y cuando esto ocurre, nuestro cuerpo entra en un estado de reparación, ya que el cuerpo siempre soporta a la mente. Es decir, el estado en el que se encuentre la mente, se reflejará en el cuerpo y viceversa.
Dieta: Si bien este es el cuarto punto en orden de importancia, no deja de ser sumamente importante. Es importante no solo consumir alimentos enteros y que no sean ultra procesados, sino también saber qué Tipo de Respuesta al Estrés tienes y conocer tu bio-individualidad para así consumir los alimentos que aseguren un estado de reparación para tu fisiología en particular.
Ejercicio: El ser humano se desarrolló por cientos de miles de años caminando, armando campamentos, cazando y recolectando. Estamos diseñados para estar físicamente activos. La actividad física además de inducir mecanismos anti-inflamatorios (una vez el cuerpo entra en un estado de reparación), nos ayuda a aumentar nuestra musculatura, la cual es el Bio-Indicador Nº1 de nuestra salud según el estudio realizado los doctores William Evans e Irwin Rosenberg en el que indican que la masa muscular afecta a otros indicadores claves de salud como la fuerza, la tasa metabólica basal, la grasa corporal, la capacidad aeróbica, la presión arterial, la tolerancia de la glucosa en la sangre, el colesterol, la densidad ósea y la regulación de la temperatura corporal.
Ahora DES-ACELERA un momento y responde estas preguntas con honestidad. ¿En cuál de los 5 aspectos esenciales mencionados tienes oportunidad de mejora? ¿Cuál será el primer paso que comenzarás a dar para mejorar ese aspecto?
Qué importantes esos 5 elementos esenciales!