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Deseo Mimético: Qué es y por qué es relevante para ti

En el mundo en que vivimos hoy en día, donde todo sucede tan rápido, siempre estamos buscando mejor y la comparación con otros es algo que está muy instalado en nuestro subconsciente, comprender los factores mentales que influyen en nuestras decisiones y deseos es crucial. Entre estas dinámicas, el concepto del deseo mimético, acuñado por el pensador francés René Girard, ofrece una perspectiva reveladora.

 

¿Qué es el Deseo Mimético?

El deseo mimético es una teoría que propone que nuestros deseos no son inherentemente nuestros, sino que son adquiridos a través de la imitación de los deseos de otros. Según Girard, no deseamos un objeto o una meta por sus cualidades intrínsecas, sino porque observamos a otro deseándolo. Esta imitación va más allá de las tendencias o comportamientos de moda; sino que se extiende a las aspiraciones profesionales, metas personales, e incluso los valores que consideramos importantes.

 

Competencia Inconsciente con las Personas Cercanas

Una de las manifestaciones más intrigantes y, a menudo, preocupantes del deseo mimético es cómo nos lleva a competir inconscientemente con amigos, familiares y colegas. Esta competencia puede ser particularmente intensa con aquellos a quienes consideramos similares a nosotros en términos de estatus, aspiraciones o entorno. La razón es simple pero poderosa: al ver a alguien cercano lograr algo que deseamos, nuestro impulso mimético se activa, desencadenando no solo la envidia sino también el deseo de superar o igualar su logro.

 

La Doble Cara de la Comparación

El deseo mimético nos empuja a compararnos constantemente con los demás, una tendencia que las redes sociales han amplificado exponencialmente. Aunque esta comparación puede servir como motivación para mejorar y alcanzar nuestras metas, también tiene un lado oscuro. Cuando un amigo o colega experimenta un fracaso, el deseo mimético puede llevarnos a sentir un placer o alivio, no necesariamente porque deseamos su mal, sino porque subconscientemente nos reafirma en nuestra actual posición o nos hace sentir temporalmente superiores.

Este fenómeno no solo revela la complejidad de las emociones humanas, sino que también señala hacia una necesidad de auto-consciencia y desarrollo personal. Al reconocer que estos sentimientos son una manifestación del deseo mimético, podemos comenzar a trabajar en transformar nuestra envidia o alivio en empatía y apoyo hacia los demás.

 

Hacia una Comprensión Más Profunda

El reconocimiento y la comprensión del deseo mimético en estas interacciones nos brindan una oportunidad para cultivar relaciones más saludables y genuinas. En lugar de dejarnos llevar por la competencia y la comparación inconsciente, podemos esforzarnos por:

 


  1. Celebrar los Éxitos Ajenos: Aprender a alegrarnos sinceramente por los logros de los demás, reconociendo que el éxito de una persona no disminuye nuestras propias oportunidades de éxito.

  2. Fomentar la Empatía: Desarrollar una mayor empatía hacia los demás, especialmente cuando enfrentan desafíos, recordando que todos tenemos nuestras propias luchas y que el apoyo mutuo es fundamental para el crecimiento personal y comunitario.

  3. Reconocer Nuestros Verdaderos Deseos: Reflexionar sobre qué es lo que realmente valoramos y deseamos, más allá de las influencias externas, para perseguir objetivos que resuenen auténticamente con nuestros valores y aspiraciones personales.


 

Al abordar el deseo mimético con consciencia y reflexión, no solo podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales, sino también avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Este entendimiento nos permite crear un entorno en el que el éxito y el bienestar sean experiencias compartidas, fomentando así una comunidad más unida y resiliente.

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