Como seres humanos somos seres sociales. Esto quiere decir que necesitamos establecer conexiones interpersonales que nos brinden apoyo, comprensión, guía, amor, entre otras necesidades que tenemos.
Durante nuestra infancia y adolescencia nuestro subconsciente aprende a comportarse para que así podamos pertenecer y ser aceptados en los distintos grupos de los que formamos parte (familiar, amigos, trabajo, entre otros). Nuestra mente subconsciente aprende modales, reglas, ritos, etc. y según eso nos vamos comportando para poder ser parte de estos grupos y así satisfacer estas necesidades sociales.
Sin embargo, hay ciertas preguntas que no mucha gente se hace respecto a sus relaciones interpersonales y que son tan importantes para darnos cuenta de si la gente con la que nos estamos rodeando están realmente enriqueciendo nuestra vida o no. Preguntas como ¿qué es lo que me aporta esta persona o grupo de personas? ¿me están ayudando a crecer y a desarrollarme? ¿me están brindando el apoyo que busco?
Cuando comienzas a hacerte estas preguntas te darás cuenta de que hay personas en que si son muy valiosas para ti y definitivamente quieres tenerlas en tu vida pero también te darás cuenta que hay otras personas que regularmente te juzgan, te limitan, te contagian con su pesimismo o te dicen que dejes de soñar y simplemente tengas “una vida normal”. Este segundo grupo de personas realmente no está siendo un aporte para ti y es importante que te cuestiones si es que quieres seguir rodeándote de ellas.
En lo personal, soy muy cuidadoso con esto ya que sé cómo la gente con la que me he rodeado me ha impactado tanto positiva como negativamente. Por ejemplo, cada vez que estoy invitado a un lugar me pregunto si es que realmente asistir será valioso o simplemente va a drenar mi energía. Me permito hacer una pausa para reflexionar sobre eso y no me comprometo con nada que yo sienta no me va a servir positivamente. Puede sonar algo egoísta, lo sé, pero es clave saber poner esos límites porque en la medida que yo cuido mi energía sé que puedo estar mejor y así entregar mayor valor a quienes me rodean y a quienes siguen mi trabajo.
Cuando uno comienza a poner estos límites te empiezas a encontrar con personas que se ven afectadas y se molestan, pudiendo incluso intentar traspasar esa mala energía a ti (muchas veces lo hacen de manera inconsciente). Sin embargo, siempre y cuando yo haya tomado una decisión de este tipo a consciencia, estaré tranquilo ya que sé que la molestia del otro no tiene absolutamente nada que ver conmigo, simplemente es su percepción de la situación.
Cuéntame en los comentarios qué piensas tú al respecto, me encantaría conocer diversas opiniones.
Comments